lunes, 30 de mayo de 2016

NYC



New York...¿qué decir de está ciudad que ya no se sepa? 

Es, simplemente, una ciudad de película. Sus altos rascacielos, que te hacen sentir un ser diminuto, su grandeza en general, porque es una ciudad enooorme (díganselo a mis pobres pies); su diversidad cultural, su vida, su no parar...



Lo primero que me sorprendió de Nueva York, fue ver a un montón de judíos, vestidos de judíos, caminando por la calle. Sólo recuerdo haberlos visto en películas y en los Simpsons, y me chocó ver a esos señores con barbas largas, y vestidos de negro, con grandes sombreros unos, otros con el típico gorrito circular; acompañados de sus mujeres, que también iban vestidas como de otra época, y sus hijos, con trozos de pelo/barba postizo a ambos lados de la cara y con su gorrito correspondiente...

Lo siguiente, lo descuidadas que están las estaciones de metro de la ciudad; atravesar por algunos de sus pasillos de noche y en soledad, puede llegar a ser bastante inquietante...




Pero hubieron muchas cosas que me fascinaron, Chinatown, fue una de ellas. 
Es un barrio repleto de comercios chinos, no chinos con bazares como los de España, sino tiendecitas chinas de comidas típicas de allí, adornos, mercadillos con frutas, y restaurantes muy económicos, no sólo chinos sino también vietnamitas o tailandeses. 






Junto al barrio chino, se encuentra " The little Italy", que bajo mi parecer no tiene mucho de semejante a cualquier zona de Italia. Había restaurantes italianos, pero nada más allá de eso, al menos, que yo viese. Pero entiendo que recrear algo que tenga la esencia de Italia en un lugar como Nueva York, que yo diría que es, todo lo contrario, es bastante imposible. 



 


A parte de esos barrios, por supuesto, es impresionante "Times Square", que es ni más ni menos, como lo vemos en televisión: carteles luminosos everywhere, bullicio de gente...es, no saber a dónde mirar! 




Y como no podía faltar...la famosa Estatua de la libertad. 



Pero no sólo hay rascacielos en Nueva Yotk, en pleno Manhattan, también encuentras alguna que otra iglesia y catedral, así como pequeños cementerios; graffitis en las partes altas de los edificios, o  en sus largos puentes. 





He de reconocer que al principio me pareció una ciudad fría, como sin encanto, muy artificial, por su modernidad, por su enfoque al consumismo, a los negocios. Sin embargo, ver el atardecer caminando por el puente de Brooklyn, desde donde se puede ver Manhattan iluminada, como calmada, sin sentir ese ajetreo que se siente cuando estás inmerso en ella; hizo que viera ese algo especial, esa imagen que la hace idónea para cualquier escena de película romántica que a todos gustaría protagonizar.



Bye bye, New York.






sábado, 21 de mayo de 2016

To be continued...

Una historia en la que nada es lo que parece, en la que el comienzo distará mucho del final; en la que los buenos también pueden ser malos, y los malos también pueden ser buenos, en la que todos tienen dos caras; en la que el odio se tornará en amor; en la que nada es imposible; en la que existen las segundas oportunidades. 

Una historia que te hace llegar a imaginar mundos de fantasía, esos mundos que cuando eres pequeño te cuestionas si de verdad existen; mundos de magia, de personajes con poderes, donde todo se puede conseguir. 

Una historia, que día tras día, te revelará secretos insospechados, te dejará descubrir un poco más de cada uno de los que la protagonizan, y a su vez, te hará capaz de ver las cosas desde distintos puntos de vista, llegando a entender el porqué de los actos de cada persona, porque todos tienen un pasado y unas razones que los han llevado a ser y actuar así. 

Una historia que te hará reflexionar sobre la vida y la muerte, esa característica que nos hace a los humanos débiles, esa, que desde que nacemos nos hace ser conscientes de que hay un final, aunque muchas veces no pensemos en ello; esa que siempre nos acompaña y que nunca sabremos cuando nos invadirá. 

Una historia de amor, no sólo amor de pareja, amor de amigos, amor de familia, ese sentimiento que tanto nos hace falta. 

Una historia con un final abierto, porque tanto en la ficción como en la vida real, nunca se sabe qué pasará...


                                    




lunes, 9 de mayo de 2016

Descubriendo América: Washington DC


Hace unos días, emprendía rumbo a un nuevo destino; enfundada en ropa de más abrigo, esperaba el avión con destino a Washington DC, capital de los Estados Unidos. 

La primera impresión que tuve cuando salí a la calle, por la mañana, en mi primer día allí, fue como de volver atrás en el tiempo; era como si volviera a estar en Irlanda,por el cielo gris, el frío, los edificios, sus estructuras y colores; las calles más o menos tranquilas sin mucho tráfico o bullicio de gente...
Además, los semáforos te daban tiempo a cruzar tranquilamente (cosa que no ocurre en Miami) y los grandes parques con zonas verdes hacen ver una ciudad creada para el viandante, además del transporte publico que también ofrece un buen servicio. 






Independientemente de los parques, Washington es una ciudad que tiene muchísimas cosas que ver, algunas de ellas se concentran en el llamado National Mall, una zona de jardines que va desde el Capitolio al Monumento a Washington y donde se encuentran varios museos, monumentos nacionales y memoriales. 

Al fondo el monumento a George Washington (primer presidente de EEUU)

           
Monumento al presidente Abraham Lincoln

Capitolio (donde se encuentran las dos cámaras del Congreso de los EEUU)
También, pude visitar la Galería Nacional de Arte, donde a parte de ver infinidad de cuadros de famosos pintores, me llamó la atención una placa en honor al escultor Jean Boulogne,  más conocido en Italia como Giovanni da Bologna; autor de la estatua de Neptuno que se encuentra en la ciudad italiana que le da nombre al autor. 


Así como también visité el Museo Nacional de Historia Natural, donde ves todo tipo de bichejos, piedras preciosas, plantas...


Y cercano a esa zona, se encontraba la casa blanca.


En un area más alejada, vecina al Pentágono y al río Potomac, se localizaba el Cementerio de Arlington, donde yacen las tumbas de cientos de veteranos de todas las guerras en las que han participado los Estados Unidos, así como otras figuras como la del presidente John F. Kennedy. 


Como dato curioso, hay una tumba llamada la "Tumba de los desconocidos", monumento que se estableció en honor a los soldados no identificados que morían en las batallas. La tumba, que se abrió al público en 1932, está vigilada por un guardia las 24 horas del día durante todos los días del año, y uno de los atractivos turísticos más destacados es el cambio de guardia de los soldados que la custodian.



Y para finalizar, dos de los lugares que más me han gustado en este viaje: Georgetown, barrio de Washington que definiría como muy "inglés", por su arquitetura.

Georgetown University (universidad católica más antigua de los EEUU y donde han estudiado personajes como Bill Clinton o el actual Rey de España)





Y Chinatown, la pequeña China de Washington DC; 



jueves, 28 de abril de 2016

Una vaina loca

A lo largo de los últimos años, he podido conocer a gente de muchos lugares, con distintas culturas; pero sin duda hay una cultura que diría que es mi favorita y la que más añoro, y esa es la venezolana. 

Fue hace más de un año cuando conocí a los primeros "chamos", esos chicos que iban de galanes; chicos con mucha labia, o como yo decía: "palabreros", pero muy buenas personas.

Me chocó muchísimo cuando escuchaba sus "cuentos" sobre cómo había que tratar a una mujer, cómo había que conquistarla: que sí había que tener varias citas o como ellos lo llamaban: "compartir", antes de dar el primer beso; que si había que regalarle una rosa, decirle cosas bonitas...lo que viene a ser un príncipe azul (de los que en general hoy en día no existen). 

Escucharlos era como estar dentro de una telenovela, no sólo por lo que decían, sino por el acento. 

Me encantó la primera vez que fui a una fiesta organizada por ellos, aquella era la fiesta de mis sueños: música latina, todos los chicos bailando (bailando bien) y sacándote a bailar, sin parar hasta las tantas de la mañana, sin peleas, sin gente vomitando por las esquinas; eran fiestas ideales que siempre echaré de menos. 

Y es que en su cultura está el pasarlo bien, beber unas "laticas de cerveza", o un "ronsito" y "rumbear" hasta que salga el sol. 

Cuando me veía en aquel ambiente, pensaba: "yo no nací para ser española, sino para ser venezolana". 

Y qué decir de sus arepas; adoro esa comida, es barata, sana, se prepara rápido y está rica.

Otra cosa que me sorprendió de ellos, es que hacen reuniones donde se "la pasan bien" pequeños y grandes; no importa que seas un niño, un señor de 60 años o un joven de 17; en sus celebraciones todos comen, bailan, y "la pasan chévere" como ellos dírían. 

Son las personas más hospitalarias que he conocido, y que pese a las dificultades que puedan tener, con respecto a su país, sus familias, o con respecto a ellos mismos; siempre te brindarán su lado más amable, e intentarán mirar el lado positivo. 

Nunca olvidaré a esos "panas" y a sus "vainas". 




domingo, 17 de abril de 2016

MIAMI HEAT & CHICAGO BULLS

La NBA mundialmente conocida, es una de las competiciones deportivas más importantes de los Estados Unidos.

Yo, pese a que en mi vida he ido a ver ningún deporte, como buena turista, decidí ir a ver uno de esos famosos partidos de baloncesto; y pese a que no me gusta el baloncesto, ir a un súper estadio y ver un partido de la NBA me hacía ilusión. 



En Miami, el estadio de baloncesto es este edificio llamado " American Airlines Arena".  Por dentro, hay las típicas tiendas de ropa y muchos puestecitos de comida y de palomitas, cosa que me sorprendió. ¿palomitas para ver un partido de baloncesto? olía a cine. 


La verdad es que es bastante grande, pero las pistas de baloncesto, en general, dan la impresión de ser más grandes en la televisión que en la realidad. 

El equipo de Miami son los Miami Heat (algo que probablemente cualquier persona a la que medianamente le guste el deporte sabe, no es mi caso) , y en esta ocasión, jugaban contra los Chicago Bulls, equipo donde juega Pau Gasol.


Si algo me motivó a ir a ver el partido fue, que me comentaron que era todo un espectáculo, con fuegos, música, animación, etc. Y es cierto, hay un DJ que pone música que anima bastante, pantallas con frases como: let's go heat! de fense! o noise!! para que la gente lo grite; un presentador que también motiva a la gente, entrevista a otros; un niño tocando en el piano el himno americano...




Pero lo que más entretenido me pareció, fue ver a la gente en las pantallas bailando o haciendo...



Y como en todo partido de baloncesto no podían faltar las animadoras. Animadoras de todas las edades, porque no sólo había animadoras jovencitas y con cuerpos esbeltos, sino que también participaron un grupo de animadoras formado por mujeres ya maduritas, olé por ellas! Quien pudiera tener ese ritmo a su edad!





Por lo demás, el partido me pareció muy largo. El juego se detenía cada 4 minutos más o menos, por tiempos muertos o descansos. Menos descansar y más jugar!