Todas las niñas quieren ser una princesa. Una princesa como
la de los cuentos de hadas, con un príncipe que las quiera, las cuide y las haga
felices.
Con los años te vas dando cuenta de que no todos los “apuestos
caballeros” son príncipes y de que no es fácil encontrarlos, e incluso hay
momentos en los que te cuestionas, ¿de verdad existe un príncipe para cada
princesa?
A todas esas chicas que siguen en la búsqueda de su príncipe
azul, yo les diría:
Quiere a tu lado a un príncipe que te respete, que te cuide,
que te quiera por cómo eres, que no intente cambiar nada de ti, que te haga
reír, que comparta contigo sus ilusiones y sus penas, que quiera construir
sueños contigo, que te haga sentir valorada, que te mime, porque eso es lo que
cada una de vosotras se merece.
No dejes que te griten, no dejes que te impidan cumplir tus
sueños, no dejes que te rompan ilusiones, no dejes que golpeen tu corazón,
protégelo y protégete a ti misma, quiérete, porque tú eres lo más importante en
tu vida y ningún príncipe o intento de ello, puede ocupar ese lugar.
Y con los años, también te das cuenta de que la felicidad no
reside en estar en compañía de ninguna persona, la felicidad son momentos,
momentos que a veces compartirás con unos, a veces con otros, y a veces no compartirás con nadie.
Te das cuenta de que las personas van y vienen y son muy
pocas las que permanecerán contigo por mucho tiempo o para siempre.
Y a esos príncipes que buscan a su princesa, les diría que
se aplicasen el mismo cuento. Busquen a princesas que los traten como a
verdaderos príncipes.
Todos en algún momento de nuestras vidas, o en muchos, hemos
pensado: “Todos los príncipes o princesas son iguales”. Pero la realidad, por
fortuna, es que no.
Cada uno de nosotros es distinto y ofrece cosas diferentes.
Si de algo goza nuestra humanidad es de una rica diversidad. Por ello, conoced y dejad que os conozcan, aprended
de lo que cada persona os aporte, sea mejor o peor y ante todo intentad ser
felices (lo de comer perdices…dejémoslo para los cuentos).
Cuánto daño nos han hecho los cuentos... ¡Y yo que me creía Blancanieves! El mito del príncipe se me cayó hace mucho mucho tiempo, sin embargo la bruja mala que me da manzanas envenenadas...¡parece que me ha apadrinado o algo! Sea como sea, todo lo que dices en tu post es cierto. Ojalá seamos capaces de coleccionar cuantos más momentos de felicidad con o sin príncipes, porque desde pequeñas parecía que fuese un derecho ¡tengo derecho a mi príncipe! y lo cierto es que el único derecho y deber con el que contamos es con el de: " Aprende a quererte a tí misma y cuidar de ti porque no es la obligación de quien te rodea".
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo! Querámonos a nosotros mismos porque nadie lo hará mejor que nosotros.
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