31 de Octubre de 2014. Cork, Irlanda.
¿Plan para la noche de Halloween?
House party prometedora en casa de un irlandés: buena
música, posibilidad de conocer irlandeses (que aunque no sean muy agraciados
físicamente nos convenían para mejorar nuestro inglés y hacer amigos que no
hablaran español, cosa que en Cork, aunque parezca raro, era muy difícil) y
fiesta hasta altas horas de la madrugada, algo que apreciábamos mucho los
españoles ya que en Irlanda los locales echan el cierre de 2 a 2:30 de la
mañana.
Disfraz que elegimos mis amigas y yo: de calaveras
mexicanas, disfraz sencillo, barato y vistoso.
La noche comienza en casa de un amigo donde normalmente nos
solíamos reunir para hacer botellón (vamos, que de viernes a domingo estábamos
allí sin falta, hasta que el chollo se nos acabó…)
Después de que todas estuviésemos pintadas ponemos rumbo a
la casa, que aparentemente parecía estar cerca, pero el camino se alargó
bastante porque no la encontrábamos; teníamos la dirección, el google maps, y
las instrucciones por whatsapp de nuestra amiga (la novia del anfitrión) pero
aun así, nos supuso dar varias vueltas alrededor de la misma manzana hasta
encontrarla.
Una vez llegados, algunas de mis amigas estaban ya
borrachillas y necesitadas de más alcohol, por lo que se dedicaban a coger
prestado de las botellas de los demás (¡ay pillinas!).
En cuanto a la música, había un pequeño problema, y es que
los altavoces no funcionaban…la supuesta gran noche que íbamos a pasar dándolo
todo en la pista se fue desvaneciendo en vista de que como mucho, la música que
podíamos escuchar era la del móvil.
Pero eso sí, la decoración era inmejorable; en mi vida he visto
casa tan bien decorada: telas de arañas por todos lados, pinturas
ensangrentadas en las paredes, cuchillos asesinos en el baño, estaba currada
no, lo siguiente.
En cuanto a los invitados, irlandeses pocos, pero la mayoría de mis
amigos estaban allí, por lo que estábamos nunca mejor dicho como en casa. Uno
de ellos era un conocido mío, conocido a través de una red social, que se pasó
la noche intentando ligar con todo lo que se meneaba (del sexo femenino,
claro). Otro de ellos era un enmascarado simpático que cayó en gracia a una de
mis amigas, por lo que se dieron los números de teléfono, llegaron a tener una
cita pero luego entre que sin máscara dejaba mucho que desear y que era
bastante prepotente, el chico no consiguió su objetivo ( y casualidades de la
vida, que luego resultó ser mi compañero de trabajo, ¡qué pequeño es Cork!).
Yo conocí a dos guiris, una coreana y otra francesa, (porque
yo tenía que hablar inglés sí o sí, y más estando contentilla) y a la francesa,
pobrecita, alguien le quemó parte de su cabellera…no recuerdo cómo ni porqué
(bueno teniendo en cuenta el grado de embriaguez que la mayoría llevaba encima…) pero sé que en un determinado momento de la noche empezó a oler a pelo
chamuscado.
Y el suceso más señalado de la noche fue que una de mis
amigas, la que iba, podemos decir, que más sobrada de alcohol, perdió su móvil.
Si no recuerdo mal, fue al día siguiente cuando se dio cuenta de que su querido
Samsung Galaxy S5 o 6 ya no estaba en su bolso. Inmediatamente se fue a
buscarlo a la casa donde había desaparecido, pero ni rastro del móvil, lo
denunció a la policía y a partir de ahí empezó una investigación que no tenía
nada que envidiar a las de Sherlock Holmes: comprobó la ubicación del móvil con
no sé qué sistema de seguridad que tenía, fue hasta la casa donde la ubicación
le indicaba, que casualidad que se trataba de una casa vecina a la de la house
party; consiguió ver una foto de la mujer que le había robado el móvil, la “Loli”
la llamamos por las greñas que llevaba y finalmente, tras muchas llamadas a la
garda (la polí de Irlanda) y visitas a la comisaría, mi amiga ¡recuperó su
móvil! Para que luego digan que es imposible recuperar los móviles robados.
Y hasta aquí, mis 2 especiales noches de Halloween,.. la próxima se acerca, ¿deparará algo interesante?
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