En Miami también hay Carnavales, pero no son como en España
o en Italia, fiestas donde la gente se disfraza, canta chirigotas, etc; son una
especie de ferias, situadas en largas avenidas, que se llenan de puestecillos
de comida típica de distintos países latinos, donde encuentras desde arepas
venezolanas a ceviche peruano, carne asada, mazorcas de maíz, rosquillas
saladas como las que hacía Marge Simpson e incluso paella.
Y no sólo encuentras salado, también hay dulces, unos más
peculiares que otros…como el de este señor haciendo algo llamado: cuernos-rollos húngaros de canela.
La mezcla de olores en la calle es singular, pero todo es
bastante apetecible.
El primer carnaval al que asistí fue el de “Miracle Mille”, donde además de comida había originales objetos como unos zapatos propios para la feria de Abril,
Y como en toda feria no podía faltar la música; habiendo distintos escenarios donde los grupos en lugar de tocar “Paquito el chocolatero” tocan “Oye mi cuerpo pide salsa” o “ Si necesitas reggaeton, dale” .
Mi segundo carnaval fue el Carnaval de la “Calle 8”. La
calle 8 es una famosa calle del barrio llamado “Little Havana”, barrio en el
que la mayoría de la población proviene de Cuba y de otros países de centro y sudamérica,
lo que podríamos decir, la parte más latina de Miami.
En sus calles encuentras tiendas de comida cubana, restaurantes y bares cubanos, como el “Ball & Chain” donde puedes disfrutar de música cubana en directo; tiene su propio paseo de la fama, con estrellas dedicadas a cantantes latinos y un parque llamado “Parque del dominó” porque está lleno de mesitas donde los abuelillos se sientan cada día a jugar.
En este carnaval, si algo lo distinguía del otro, era la cantidad
de gente latina que había y el ambiente más festivo, más gente bailando en la
calle, tocando los timbales, animando, un señor con una serpiente al cuello…
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